El hijo que Ahora se ha hecho hombre y que dispone de al parecer su particular camino ya trazado muestra ante los ojos sobre la origen la dualidad que encara el desplazamiento de un pendulo estremecedor, dentro de la asombro y el deseo, que nunca deja de producir evidente desconcierto: “Lo veo partir, lo veo sobre espaldas.

Me gusta. Lo amaria no obstante nunca exteriormente su origen. En caso de que yo tuviera su antiguedad asi­ como no exteriormente su origen, lo amaria”.

Pero esta confesion Ademi?s manera parte de los instantes de desasosiego, cuando la narradora pareciera constatar que el vi?stago ya desea quedar unico, en el lugar que eligio de permanecer, lejos del vivero familiar, de la inspeccion desplazandolo hacia el pelo los abrazos sobreprotectores sobre la origen. En este tema existe alguien desesperado, desasido, que unico puede escribir. Esa autorreferencialidad surge frecuentemente cuando la escritura no alcanza: “?Cuanto mas podria narrar? ?Que tanto puede hablar de la madre sobre el honor, la nostalgia, la satisfaccion y el dolor que siente cuando su unico vi?stago —un vi?stago todavia bastante joven, nunca del cualquier adulto— ha partido tan lejos? ?asi­ como pensar que en otros lugares del ambiente, hijos de diferentes madres, hijos menores que el mio, parten a la guerra!”.

Y no ha transpirado nuevamente https://images.fandango.com/ImageRenderer/0/0/redesign/static/img/default_poster.png/0/images/masterrepository/performer%20images/p272673/benfoster-alphadog.jpg” alt=”gorditas gorditos citas”> la escritura es como un manera sobre salvacion ante el destino inexorable. En las entrelineas de estas cronicas sobre trayecto se intercalan otros margenes sobre reflexion y otras experiencias sobre lenguaje: una novela inconclusa, la frustracion de encontrarse perdido el rumbo de la biografia o la evidencia de quedar liga a la bifurcacion en la cual el paso siguiente seri­a concluyente: “?Como continuar? Ocurre igual cuando escribo una novela. Empiezo con entusiasmo sin embargo, cuando voy mas o menos por hasta una fraccii?n, la coincidencia llena sobre inconvenientes que parecen imposibles sobre resolver: entro en panico asi­ como no puedo escribir mas. Me cuestiono por que elegi —como si externamente una cosa que uno elige— acontecer escritora. Me deprimo. Pasan meses en los que nunca podria avanzar ni la sola camino. Me doy por vencida. Me concentro en las tipos, en las productos y en la lectura”.

En el presente de la narracion Tenemos una necesidad de la palabra, la que se escribe Con El Fin De registrar el momento desplazandolo hacia el pelo la que quiere expresarle a su vi?stago; una charla atento que se posterga, todo el tiempo esperando una mejor oportunidad, aunque que nunca llega. La origen aguarda por ese instante que se va prolongando a lo generoso de las dias. La voz interior llena los silencios y no ha transpirado aplaca la angustia. Ya se anuncia el final del trayecto, y tambien la culminacion del recorrido introspectivo. El tiempo se agota y aquel instante tan esperado Con El Fin De hablar de aquello guardado celosamente sigue lejos. (nunca me corresponde como lector revelarlo aqui).

Todo lo que queda seri­a escritura, seri­a expresion e imaginacion. Leemos este testimonio igual que un relato sobre alguien que desea confesar lo singular. Seri­a la companera de trayecto quien cuenta, es la “okasan”, la origen que se percibe contiguo a diferentes madres, que ademas atesoran sus historias y no ha transpirado que podemos encontrar pobre la misma atmosfera intima desplazandolo hacia el pelo a la ocasii?n colectiva del onsen, el bano usual japones sobre aguas termales: “Una femina esta desnuda en el agua caliente, sobre noche, escaso las estrellas. Una femina esta desnuda, goza de un vi?stago que ha crecido y se ha ido lejos. La mujer esta desnuda y llora. Lo que nos hace parecidas seri­a abundante mas que cualquier lo que nos diferenciacion. Propietario a estas mujeres. Me siento la mas dentro de ellas. Por supuesto que en los albores de la humanidad tambien habremos hecho igual. Nos habremos banado desnudas, juntas, bajo las estrellas. Habremos extranado a nuestros hijos que, debido a adultos, se han ido de caza. Habremos llorado, falto quedar del al completo seguras En Caso De Que esto seri­a la felicidad”.

Esta leyenda tan personal, tan intima, primero se abre al lector igual que ante un amigo cercano, No obstante no para encontrar complicidades, sino Con El Fin De constatar que ha valido la pena hacer el generoso viaje, asi­ como segundo, como una manera de autoconocimiento. Ella va en procura del vi?stago, No obstante igualmente de su misma voz; quiere mitigar su angustia asi­ como desazon en compania sobre un lector ausente .

Antidoto contra la amargura, la sobre algunos que —padres asi­ como madres— hemos visto partir a nuestros hijos, por motivo de que sobre muchas forma seguimos aferrados a ese ser que ha dejado el vivero familiar de empezar su andanza vital en tierras lejanas. Queda el vacio, queda el silencio, desplazandolo hacia el pelo invariablemente la certeza: “Se lo que quisiera emitir, No obstante no se si pueda efectuarlo con terminos. El idioma, a veces, nunca alcanza”.

Solo podemos redactar acerca de los libros que nos conmueven, asi­ como Okasan seri­a uno de esos relatos que en su superficie son como el agua reposada, mansa y no ha transpirado transparente, sin embargo que en su interior guarda el enigma borrascoso sobre los fondos abisales.

*Okasan. Diario sobre trayecto de la madre. Mori Ponsowy. Editorial Penguin Random House. Argentina, 2019.

El prensa independientemente precisa del asiento de las lectores para continuar desplazandolo hacia el pelo ratificar que las novedades incomodas que nunca desean que leas, sigan estando a tu talento. ?Hoy, con tu asiento, seguiremos trabajando arduamente por un prensa libre sobre censuras!

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